El mejor modo de evitar cometer errores es acudir a la entrevista teniendo muy claras las virtudes que te convierten en el aspirante perfecto al puesto.
Con los gestos, comunicamos de manera inconsciente tanto como con las palabras. Por eso, el entrevistador valorará tu lenguaje no verbal durante toda la charla. Piensa que con tu expresión corporal le estás diciendo si eres un “pasota”, si estás demasiado relajado o muy nervioso.
- Siéntate de manera formal, evitando una posición de descanso, pero sin mostrarte rígido. Mantén la postura e intenta dar la impresión de que te sientes cómodo.
- No invadas nunca el espacio personal de tu entrevistador, ni siquiera dejes tu móvil en su escritorio. Igualmente, no apoyes los codos en la mesa.
- Tu mirada es importantísima. Mira directamente a los ojos de tu interlocutor y le demostrarás tu confianza en ti mismo, nunca le rehuyas.
- No mires el reloj. Podría pensar que te aburres en la entrevista justo cuando debes mostrarte extremadamente atento a todo lo que se te dice.
- Sé positivo en todo momento. Siéntete seguro, evita mostrar tu ansiedad y lo más importante: no dejes que ésta te domine. Es una de las cosas que te hará perder más puntos ante tu entrevistador.
- No cruces nunca los brazos durante la charla, señal inequívoca de actitud defensiva. Pero ,a la vez, trata de no parecer excesivamente tímido o servil. Habla en un tono de voz adecuado y evita juguetear con unas llaves, tocarte continuamente la frente y el pelo, morderte las uñas y los labios… o demostrarás lo alterado que estás