En el tercer comunicado se llegó a la conclusión de que el «Proceso de Copenhague» ha ayudado a que la FP tenga un mayor papel en la ejecución de la Estrategia de Lisboa en sus tres dimensiones: competitividad, empleo y cohesión social. Conviniendo que siguen siendo válidas las prioridades y orientaciones fijadas desde 2002, por consiguiente, debe proseguir su aplicación y, para el período de 2008 a 2010, se acordó que debían emprenderse las cuatro líneas de actuación siguientes
1. Implantar a nivel nacional y europeo los instrumentos y dispositivos de cooperación sobre formación profesional.
2. Mejorar la calidad y el atractivo de los sistemas de formación profesional:
3. Desarrollar los vínculos entre la formación profesional y el mercado laboral.
4. Reforzar las formas de cooperación europea.